domingo, 10 de octubre de 2010

Delicada frontera

No sólo el hueso, también la delicada piel separa al amante del amado, como una preciosa pero terrible frontera inviolable.

"Cuán delicadamente beso despacio, despacísimo,
secretamente en tu piel
la delicada frontera que de mí te separa.

Piel preciosa, tibia, presentemente dulce,
invisiblemente cerrada...
... te siendo del otro lado, inasible, imposible, rehusada,
detrás de tu frontera preciosa, de tu mágica piel inviolable,
separada de mí por tu superficie delicada..."

Vicente Aleixandre, Historia del corazón, Espasa-Calpe, Madrid 1954, 3ª ed., pp. 17-18.

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