lunes, 18 de junio de 2012

El destino del hombre es el amor

"... porque el destino del hombre es el amor,
y cada uno tiene su propia lucha y su propio camino".

Francisco Brines

La debilidad es la fuerza de la semilla

El cristianismo es paradójico, o mejor, Dios es paradójico. Es decir, nos sorprende siempre, supera nuestra lógica con la suya, que parece imposible. Nos lo ha recordado de nuevo Benedicto XVI este domingo al comentar así la parábola de la pequeña semilla de mostaza que da origen a la mayor de las plantas: 

"Al partirse [la semilla] nace un brote capaz de romper el suelo, de salir a la luz solar y de crecer hasta convertirse en 'la más grande de todas las plantas del jardín': la debilidad es la fuerza de la semilla, el partirse es su fuerza. Así es el Reino de Dios: una realidad humana pequeña, compuesta por quien es pobre de corazón, por quien no confía solo en su propia fuerza, sino en la del amor de Dios, por quien no es importante a los ojos del mundo; no obstante, a través de ellos irrumpe el poder de Cristo y transforma aquello que es aparentemente insignificante".

Benedicto XVI, Angelus, domingo 17 de junio de 2012.