lunes, 21 de enero de 2013

Belleza y misión

En el diario italiano Avvenire leo una entrevista a un anciano sacerdote al que he tenido la gracia de conocer, el padre Romano Scalfi, fundador del Centro Russia Cristiana, dedicado a la evangelización de Rusia, especialmente en los duros años del comunismo. Entresaco estas palabras suyas, en respuesta a la pregunta sobre cómo ayudar hoy a descubrir el Misterio:

"Por medio de la belleza. La belleza es lo primero que hace falta para la misión, especialmente hoy, en que predomina una razón reducida. La belleza hiere el corazón, la belleza contagia. Y la liturgia debe ser bella, pero sin necesidad de inventarse nada. Lo eternamente 'nuevo' es Cristo. Y la obra del sacerdote no es una técnica, es vida. Lo único que hace falta es que estemos enamorados de Cristo. Si un sacerdote hace una homilía de una hora, es evidente que le falta el criterio de la belleza. Porque el centro, el corazón de la Misa es la Eucaristía, es Cristo. Se trata simplemente de volver al centro. Lo demás es secundario. Conozco curas buenos y laboriosos, que se creen llamados al asistencialismo, o a la sociología o a la moral. No, es más sencillo: hemos de estar enamorados de Cristo. San Juan Crisóstomo dijo que basta un cristiano ferviente para cambiar un pueblo".

Padre Romano Scalfi, entrevista en Avvenire, 19 enero 2013.