domingo, 30 de noviembre de 2008

La eternidad es desacostumbrarse

Leo una hermosa cita del famoso teólogo ortodoxo francés O. Clément, hablando de la eterna novedad del cielo:

«Allí viviremos el "milagro de la primera vez". La primera vez que sentiste que ese hombre sería tu amigo; la primera vez que oíste tocar, cuando niño, aquella música que te marcó; la primera vez que tu hijo te sonrió. La primera vez... Después uno se acostumbra, pero la eternidad es desacostumbrarse».


Olivier Clément

El vínculo entre la búsqueda de la belleza y la verdad y el bien

"He subrayado en varias ocasiones la necesidad y el compromiso de una ampliación de los horizontes de la razón, y en esta perspectiva es preciso reconsiderar también la íntima conexión que existe entre la búsqueda de la belleza y la búsqueda de la verdad y de la bondad. Una razón que quisiese despojarse de la belleza resultaría amputada, igual que una belleza privada de razón se vería reducida a una máscara vacía e ilusoria... Debemos apuntar a una razón ampliada, en la que el corazón y la razón se encuentran, la belleza y la verdad se tocan. Si este compromiso es válido para todos, lo es aún más para el creyente, para el discípulo de Cristo, llamado por el Señor a "dar razón" a todos de la belleza y de la verdad de la propia fe".

Benedicto XVI, Mensaje al Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, 24 noviembre 2008.

La vía de la belleza

Hoy comienzo este blog de extraño título: Viae pulchritudinis. Es decir, los caminos de la belleza. El siguiente párrafo explica mi intención. Es mi motivación explícita:

"La vía de la belleza, partiendo de la experiencia sencilla del encuentro con la belleza que suscita la admiración, puede abrir el camino de la búsqueda de Dios y es capaz de disponer el corazón y el espíritu para el encuentro con Cristo, que es la Hermosura, que es la Santidad encarnada ofrecida por Dios a los hombres para su salvación. Ella invita a los nuevos Agustín de nuestros días, a los buscadores insaciables del amor, de la verdad y de la belleza, a elevarse de la belleza sensible a la Belleza eterna y a descubrir con fervor al Dios Santo, al autor de toda belleza".

Del documento La Via Pulchritudinis, documento final de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Cultura, 27-28 marzo 2006.