martes, 13 de enero de 2009

Desterrados sublimes

Describe el autor de Nostalgia de Dios la contradicción de su ánimo; no cree en nada, pero no puede dejar de anhelar, de desear un sentido, una patria:

"Todo está permitido. No hay límite, no hay leyes. No existen ni el bien ni el mal. Todo está permitido.

Pero, ¿por qué sollozas, alma mía? ¿Es que anhelas la pureza, la nobleza, las cosas bellas y elevadas? [...]

Y, sin embargo, en lo más profundo de mi alma vibra el sentimiento muy vago, impreciso, de que nada de lo que estoy diciendo es verdad, de que algo existe aparte de nosotros, en este universo que nos aplasta con su pesado silencio -pero, ¿qué?- y que no somos animales, sino desterrados sublimes que han olvidado demasiado su patria".

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 20-21.

Nostalgia de Dios

Como prometía hace un momento, comienzo las citas de amplios pasajes de un libro excepcional. Se trata de Nostalgia de Dios, diario espiritual de Pieter van der Meer, holandés convertido al catolicismo gracias a la amistad con León Bloy -su padrino de bautismo- y el matrimonio Maritain, entre otros. Así describe el autor su intención al publicar el diario:

"Cuando desde años atrás anotaba, casi día a día, mis alegrías y dolores, todas las aspiraciones de mi espíritu lleno de angustia y de esperanza o torturado de atroz desesperación; cuando detallaba mis impresiones, trastornado por el trágico espectáculo de la humanidad que ha perdido el rumbo del Paraíso y por el espectáculo de mi propia alma, sin darme cuenta iba escribiendo la historia de mi infatigable búsqueda de la Verdad. Escuchaba apasionadamente todas las voces de la vida, las del exterior y las que percibía en las ocultas profundidades de mi alma. Contemplaba con avidez la vida, deseaba abarcarla por completo, con todos sus contrastes; imaginaba poder elevarme por encima de ella y dominarla como un rey; quería forjarme, con mi propia voluntad, un sistema de irónica resignación que, sin negar los insondables misterios, les señalara, como al pasar, un lugar inferior y poco importante en mi vida. Pero me era imposible sofocar el doloroso anhelo de Verdad con la dorada niebla de la apariencia. Mi espíritu no conocía ni la paz ni la libertad; estaba engrillado como un condenado a muerte; la nostalgia de los claros collados eternos hacíalo sufrir amargamente.

Este diario mío, escrito día a día y sin el propósito de publicarlo, decidí transformarlo en un libro, y por lo tanto me he visto obligado a retocar el texto, rellenando lagunas, suprimiendo cosas superfluas, cambiando algunas fechas, para dar una visión más clara de la peregrinación de mi vida. Se ha vuelto así el relato de mis aventuras espirituales, que, de no haberme dirigido un poder sobrenatural, me habrían llevado muy lejos de la salvación; pero, gracias a ellas, he llegado á las puertas de la Iglesia, en donde alguien que me esperaba me tomó de la mano, me hizo entrar y me señaló la lamparilla encendida junto al Altar. Y desde entonces estoy arrodillado en tierra, a la sombra de la Cruz, llorando de amor, el corazón henchido de inefables alegrías [...]

¿Quiénes habrán orado y sufrido por mi liberación? Los hay desconocidos. Pero creo saber de uno de ellos, hombre de cabellos blancos y grandes ojos donde habita su alma, hombre que ama a Dios sobre todas las cosas, y al que la Iglesia me ha vinculado por siempre con el indisoluble lazo del Sacramento del Bautismo: es León Bloy, mi padrino.

Al publicar este libro, sólo busco dar testimonio y anunciar a los cuatro vientos que todo es vacío, que todo es vano, frente a la Gloria de Dios y fuera de la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Y a algunos que vagan, y que buscan, y que mueren de sed, estas páginas quizá les indiquen la fuente de agua viva que brota ahí mismo, ante sus pies heridos y fatigados del camino.

In festo Annuntiationis, 1913".

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 17-18.

El Año de la Astronomía y el Vaticano

"El año 2009 ha sido declarado por la UNESCO como “Año Internacional de la Astronomía”, en conmemoración del 400 aniversario de las primeras observaciones de Galileo Galilei.

El Observatorio Astronómico Vaticano, más conocido como Specola Vaticana, participará también en estas celebraciones. Por el momento, está previsto un Congreso Internacional de relectura histórico-filosófica y teológica sobre el “Caso Galilei”, una “Study Week on Astrobiology” organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias, así como una exposición sobre el patrimonio astronómico italiano y vaticano, organizada en colaboración con el Instituto italiano de Astrofísica.

La Specola Vaticana, uno de los observatorios astronómicos más antiguos del mundo, fue fundado por el papa Gregorio XIII en 1578 y desde el principio trabajaron en él astrónomos y matemáticos jesuitas, aunque posteriormente han participado otras órdenes religiosas. Actualmente, la sede está en la residencia papal de Castel Gandolfo.

En 1981, la Specola fundó un segundo centro de investigación, el “Vatican Observatory Research Group” (VORG), en Tucson (Arizona, EE.UU.), en colaboración con la universidad local. En los programas divulgativos de la “Specola” participan astrónomos de todo el mundo.

En 1993 ambas instituciones construyeron el Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada (VATT), en el Monte Graham (Arizona), y en los próximos años el proyecto se completará con la construcción de los telescopios más grandes y sofisticados del mundo, que permitirán llevar adelante una serie de investigaciones astronómicas punteras".

Noticia de la agencia Zenit

De estrellas y agujeros negros

El nuevo año en que nos encontramos ha sido declarado "Año Internacional de la Astronomía". Me interesan las estrellas y el origen del universo. Me pierdo en los miles de millones de años, en los millones y millones de galaxias, estrellas y planetas, en los agujeros negros y la teoría de cuerdas... pero me encuentro en Dios, Creador admirable por vías que superan nuestra capacidad intelectual y sobre todo nuestra imaginación.

Esta tarde, en el encuentro semanal de trabajo sobre fe y ciencia en la Universidad de Alcalá, hemos visto varios videos sobre el origen del universo y las diversas teorías científicas hoy comúnmente aceptadas. Los datos causan estupor, las dimensiones sobrecogen, la razón siente vértigo y la fe abraza agradecida el don de la revelación, el conocimiento y el amor de Dios.

No es posible privarse del Misterio

Ser hombre es vivir a las puertas del Misterio, asomado a él o suspendido en él, como queráis. No es posible privarse de él. Todo es Misterio y sólo la vibración que éste produce en el alma atenta hace amable el vivir. Lo dice genialmente el escritor francés León Bloy en el prólogo de un estupendo y muy poco conocido libro. Prometo hacer referencia a esta obra próximamente:

"No es posible privarse del Misterio cuando se está hecho a imagen y semejanza de Dios. Se puede vivir sin pan, sin vino, sin techo, sin amor, sin felicidad; pero no se puede vivir sin el Misterio. La naturaleza humana lo exige.

Ah, bien sé yo que hay muchos animales llamados racionales que parecen haber vivido sesenta u ochenta años, y a los que un día se les lleva al cementerio sin que jamás hayan logrado salir de la nada. Muchos de ellos hasta han sido famosos en su viaje 'del útero al sepulcro'. Es considerable el contingente que ofrece la Sorbona, la Academia, el Parlamento. Distinguida multitud que ignora el tormento del Misterio. Hombres que se contentan con las realidades aparentes y para quienes no existe todo lo demás.

Pero los verdaderos hombres, los verdaderos vivos, los que no han recibido sus almas en vano, sufren y lloran como seres abandonados mientras no encuentran a la Iglesia, que guarda la llave de todos los misterios".

León Bloy, del prólogo a P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 7-8.