viernes, 15 de mayo de 2009

Poesía... primer amor de las cosas

La poesía es revelación, nos dice algo nuevo sobre lo que ya creemos conocer, o mejor, nos lo hace ver de nuevo, tal como en realidad es. Nos hace ver el mundo en status nascens, en el momento de su nacimiento, como recién salido de las manos del Creador. Así lo dice genialmente nuestro filósofo, y sólo por este texto habría que considerarlo uno de los grandes:

"La poesía es eufemismo -eludir el nombre cotidiano de las cosas, evitar que nuestra mente las tropiece por su vertiente habitual, gastada por el uso, y mediante un rodeo inesperado ponernos ante el dorso nunca visto del objeto de siempre. La nueva denominación lo recrea mágicamente, lo repristina y virginiza.

¡Delicia aún mayor que la de crear ésta de recrear! Porque la creación, donde no había nada pone una cosa; pero en la recreación tenemos siempre dos: la nueva, que vemos nacer imprevista, y la vieja, que recobramos a su través. Operación endiablada. Rejuvenecimiento. Fausto joven que lleva dentro al decrépito Fausto. (...)

De esta manera, tomada por sorpresa la realidad, herida en el flanco menos guardado y presumible, se entrega absolutamente, siempre en forma de primer amor.

Es natural, la poesía vuelve a poner todo en alborada, en status nascens, y salen las cosas de su regazo desperezándose, en actitud matinal, emergiendo del primer sueño a la primera luz".

J. Ortega y Gasset, Obras completas, t. III, p. 580 s.