"La prueba más grande de que somos hechos a imagen de la Trinidad es ésta: solo el amor nos hace felices, porque vivimos en relación, y vivimos para amar y para ser amados".
Benedicto XVI
domingo, 26 de mayo de 2013
Dios es todo y solo Amor
Fiesta de la Trinidad. Misterio de Amor:
"Todo en el mundo proviene del amor, tiende al amor y se mueve impulsado por el amor.
Dios es amor, no en la unidad de una sola persona sino en la Trinidad de una sola sustancia: es Creador y Padre misericordioso; es Hijo Unigénito, eterna Sabiduría encarnada, muerto y resucitado por nosotros; es finalmente Espíritu Santo, que todo mueve, cosmos e historia, hacia la plena recapitulación final.
Las tres Personas son un solo Dios, porque el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu es amor. Dios es todo y solo amor, amor purísimo, infinito y eterno".
Benedicto XVI, 7 de junio de 2009
"Todo en el mundo proviene del amor, tiende al amor y se mueve impulsado por el amor.
Dios es amor, no en la unidad de una sola persona sino en la Trinidad de una sola sustancia: es Creador y Padre misericordioso; es Hijo Unigénito, eterna Sabiduría encarnada, muerto y resucitado por nosotros; es finalmente Espíritu Santo, que todo mueve, cosmos e historia, hacia la plena recapitulación final.
Las tres Personas son un solo Dios, porque el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu es amor. Dios es todo y solo amor, amor purísimo, infinito y eterno".
Benedicto XVI, 7 de junio de 2009
Con los otros, para los otros y en los otros
Hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. No es un misterio abstracto, sino nuestro origen y nuestro destino. Y también el misterio real que explica cómo estamos hechos y cómo estamos llamados a relacionarnos. Escribía Benedicto XVI:
“¡Cómo cambiaría el mundo si en las familias, en las parroquias y en toda otra comunidad las relaciones se vivieran siguiendo siempre el ejemplo de las tres Personas divinas, en donde cada una vive no solo con la otra, sino para la otra y en la otra!”.
Benedicto XVI, 25 de noviembre de 2009
“¡Cómo cambiaría el mundo si en las familias, en las parroquias y en toda otra comunidad las relaciones se vivieran siguiendo siempre el ejemplo de las tres Personas divinas, en donde cada una vive no solo con la otra, sino para la otra y en la otra!”.
Benedicto XVI, 25 de noviembre de 2009
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