martes, 24 de marzo de 2009

Fidelidad e inteligencia

Sigue el Papa hablando de San José y emite un juicio de gran interés. El esposo de la Virgen fue un hombre justo y fiel, leal y lleno de la sabiduría de Dios, ambas cualidades necesarias en nuestra respuesta vocacional a Dios:

"No se trata de ser un servidor mediocre, sino un siervo 'fiel y juicioso'. La unión de estos dos adjetivos no es casual: sugiere que tanto la inteligencia sin lealtad como la fidelidad sin sabiduría son cualidades insuficientes. La una sin la otra no permiten asumir plenamente la responsabilidad que Dios nos confía".

Benedicto XVI, Homilía en el rezo de Vísperas en la Basílica de María Reina de los Apóstoles (Yaundé), 18 marzo 2009.

Se puede amar sin poseer

En su reciente visita a África el Santo Padre celebró la solemnidad de San José. Hablando de él dijo:

"Cuando María recibió la visita del Ángel en la Anunciación, ella ya estaba prometida con José. Puesto que se dirige personalmente a María, el Señor asocia ya íntimamente a José al misterio de la Encarnación. Él aceptó unirse a esta historia que Dios había comenzado a escribir en el seno de su esposa. Por tanto, tomó consigo a María. Acogió el misterio que había en ella y el misterio que era ella misma. La amó con ese gran respeto que es el sello del amor auténtico. San José nos enseña que se puede amar sin poseer. Al contemplarle, cualquier hombre o mujer, con la gracia de Dios, puede ser llevado a la superación de sus dificultades afectivas, a condición de que entre en el proyecto que Dios ha comenzado a realizar ya en los que están cerca de Él, como José entró en la obra de la redención a través de la figura de María y gracias a lo que Dios ya había hecho en ella".

Benedicto XVI, Homilía en el rezo de Vísperas en la Basílica de María Reina de los Apóstoles (Yaundé), 18 marzo 2009.