martes, 6 de enero de 2009

C + M + B

Hace años me sorprendió ver en Alemania una inscripción -hecha habitualmente con tiza- sobre las puertas de muchas casas: C + M + B y el año en curso. Preguntando el sentido de dichas letras me respondieron mis amigos alemanes que se trataba de una antigua tradición navideña: con tiza bendecida se escribían sobre la puerta de la casa las tres letras de las iniciales -en alemán- de los nombres de los tres Reyes Magos: Caspar (Gaspar), Melchior (Melchor) y Balthasar (Baltasar). Pero -añadieron- la inscripción también responde a la frase latina "Christus Mansionem Benedicat", es decir, "Cristo bendiga esta casa". Dicha inscripción suele mantenerse hasta Pentecostés.

La forma de escribir la bendición de este año sería:

20 C + M + B 09

Oro, incienso y mirra

¡Qué inolvidables palabras, las de Juan Pablo II, convocando a los jóvenes a la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, que él no llegaría a presidir! Hablaba el Papa del significado de los dones de los sabios de oriente:

"Abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra" (Mt 2,11). Los dones que los Reyes Magos ofrecen al Mesías simbolizan la verdadera adoración. Por medio del oro subrayan la divinidad real; con el incienso lo reconocen como sacerdote de la nueva Alianza; al ofrecerle la mirra celebran al profeta que derramará la propia sangre para reconciliar la humanidad con el Padre".

Pero también animaba a los jóvenes -y sus palabras siguen siendo válidas hoy para todos los creyentes- a ofrecerse a sí mismos al Señor:

"Queridos jóvenes, ofreced también vosotros al Señor el oro de vuestra existencia, o sea la libertad de seguirlo por amor respondiendo fielmente a su llamada; elevad hacia Él el incienso de vuestra oración ardiente, para alabanza de su gloria; ofrecedle la mirra, es decir el afecto lleno de gratitud hacia Él, verdadero Hombre, que nos ha amado hasta morir como un malhechor en el Gólgota".

Juan Pablo II, Mensaje para la XX Jornada Mundial de la Juventud, Colonia 2005.

La Epifanía de la Iglesia

"Si María, José y los pastores de Belén representan al pueblo de Israel que ha acogido al Señor, los Reyes Magos son la primicia de las gentes, nuevo pueblo de Dios, basado ya no en la homogeneidad étnica, lingüística o cultural, sino sólo en la fe común en Jesús, Hijo de Dios [...] La Epifanía de Cristo es, por tanto, al mismo tiempo epifanía de la Iglesia, es decir, manifestación de su vocación y misión universal”.

Benedicto XVI, 6 enero 2007.

La estrella de los Reyes Magos

Día de Reyes, solemnidad de la Epifanía. Dijo el Papa en Colonia, en cuya Catedral se conservan las reliquias de los Reyes Magos, en el que es quizá el mayor relicario de la cristiandad:

"¿Por qué los Magos fueron a Belén desde países lejanos? La respuesta está en relación con el misterio de la «estrella» que vieron «salir» y que identificaron como la estrella del «Rey de los Judíos», es decir, como la señal del nacimiento del Mesías (cf. Mt 2,2). Por tanto, su viaje fue motivado por una fuerte esperanza, que luego tuvo en la estrella su confirmación y guía hacia el "Rey de los Judíos", hacia la realeza de Dios mismo. Los Magos marcharon porque tenían un deseo grande que los indujo a dejarlo todo y a ponerse en camino. Era como si hubieran esperado siempre aquella estrella. Como si aquel viaje hubiera estado siempre inscrito en su destino, que ahora finalmente se cumple".

Benedicto XVI, Colonia 2005.