domingo, 1 de enero de 2012

Salve, río de paz y de gracia

¡Feliz Año nuevo! La liturgia de este día celebra a Santa María como Madre de Dios -Theotokos, según la fórmula griega- y nos recuerda nuestra condición de hijos de Dios, en Cristo. Oremos en este primer día del año con la preciosa plegaria de San Ildefonso (617-667), obispo de Toledo y cantor de la virginidad de María:

"Salve, torrente de misericordia,
río de paz y de gracia,
esplendor de pureza, rocío de los valles,
madre de Dios y madre del perdón.

Salve, única salvación de tus hijos,
trono solemne de la majestad,
casa hospitalaria, templo de Cristo,
camino para la vida, lirio de castidad.

Salve, esposa de Cristo,
florecida de amable belleza,
humilde sierva.

Toda bellísima y digna de veneración
ninguna mujer ha sido ni puede ser
semejante a ti.

Nosotros te aclamamos como venerable,
puro es tu espíritu y sencillo tu corazón,
inmaculado tu cuerpo.

Tú eres indulgente y clemente,
querida de Dios, amada
por encima de todos.

Quien te saborea, ardientemente te desea
y tiene sed de tu santa dulzura,
pero siempre queda por debajo su ansia
de amarte y alabarte.

Por tu gracia, Virgen santísima,
se sueltan mis ligaduras,
se me perdonan las deudas
y quedan reparados los daños que he causado.

El hombre viejo se renueva en mí,
se fortifica lo que es débil,
se restaura lo que está destruido
y lo que es imperfecto mejora.

Por tu bondad, mi voluntad permanece fuerte,
iluminada mi mente, inflamado el ánimo,
enternecido el corazón, suavizado el gusto
y rehabilitado el semblante.

Ayudadme, luz que ilumina,
dulzura que me recrea,
fuerza que me robustece,
sostén que me mantiene.

Aleja de mis labios
toda palabra falsa y malvada,
de mi mente todo oscuro pensamiento,
de mi espíritu toda obra mala.

Tu gracia
dirija toda mi vida.
Amén.

San Ildefonso de Toledo