lunes, 2 de mayo de 2011

Vita brevis

"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, hay que morirse".

Ernesto Sábato

Quiero ser luz y quedarme

En el artículo de Juan Cruz citado en la anterior entrada encuentro esta reflexión sobre Sábato:

"Él quería desaparecer y estar. Una vez, en Casa Lucio de Madrid, donde había querido comer huevos estrellados, cantamos juntos una milonga argentina, de Reguera, creo:

Se me está haciendo la noche
en la mitad de la tarde,
no quiero volverme sombra,
quiero ser luz y quedarme".

Amar la vida a regañadientes

Ernesto Sábato, un hombre triste, pero que amaba la vida a regañadientes. Así lo describe Juan Cruz, en un artículo titulado "Un pesimista comprometido":

"Era un hombre triste; tanto que parecía que esa era su naturaleza... Se hizo tan mayor su tristeza que convirtió su cuerpo, su memoria y su deseo en pura melancolía. (Pero) hubo un filamento en él, siempre, de alegría recóndita, secreta, la que lo hacía amar la vida a regañadientes..."

Y aludiendo a la animadversión de Borges hacia Sábato añade:

"Hay un libro en el que ambos se enzarzan a hablar de la literatura, de Dios y del diablo, y aunque no se quisieron nunca del todo, ahí se ve que en ambos hay una pregunta que acaso es el sustento de la inquietud común: ¿para qué tanto lío si hemos de morir y de esto no quedará ni siquiera un verso sencillo?"

La nostalgia del pasado, la ilusión del futuro

Más sobre Ernesto Sábato. El escritor confesaba que escribir le producía un enorme sufrimiento. ¿Entonces, para qué escribir? ¿Qué valor tiene la literatura? Esta es su respuesta:

"Pese al sufrimiento que le depara, ¿dónde está la raíz de ese impulso que lo lleva a escribir?

-Quizás una de las raíces metafísicas del arte sea esa necesidad que tiene el hombre de rescatar un amor, una niñez, una ilusión del inexorable transcurso. Proust intenta en toda su obra eternizar el pasado, convirtiéndolo en presente definitivo; el melancólico pasado que alguna vez fue futuro, es decir, ilusión.

Escribir, ¿no sería siempre la reafirmación de una esperanza? Si no, ¿para qué hacerlo?

-Creo que ya le cité a Nietzsche: un pesimista es un idealista resentido. Si modificamos levemente el aforismo, diciendo que es un idealista desilusionado, de ahí podríamos pasar a sostener que es un hombre que no termina nunca de desilusionarse".

Extracto de Ernesto Sabato. Entre la letra y la sangre. Conversaciones con Carlos Catania. Seix Barral, 1989.

Para qué hemos vivido y aguantado

En el ocaso del siglo XX Sábato publicó Antes del fin, una suerte de testamento vital. Sin la Resurrección de Cristo la muerte no puede ser sino el Fin. Y la vida algo que hay que aguantar preguntándose el por qué:

"Escribo esto para los que, como yo, se acercan a la muerte, y se preguntan por qué y para qué hemos vivido y aguantado...".

Ernesto Sábato

De soledad a soledad

Ha muerto Ernesto Sábato. Suya es esta frase terrible:

"Cualquier gran obra literaria nace de una soledad desgarradora y aguarda una soledad similar que la reciba".

Ernesto Sábato