viernes, 15 de junio de 2012

Una infinita curiosidad

Última cita de El sentido del asombro, de Rachel Carson. La curiosidad y el asombro no se dirigen sólo al mundo que nos rodea, sino también, y de manera especial, al mundo que esperamos. La autora recoge el testimonio de Otto Pettersson, oceanógrafo sueco, quien a punto de morir -a los 93 años- dijo a su hijo: 

"Lo que me sostendrá en mis últimos momentos es una infinita curiosidad por lo que sigue".


R. Carson, El sentido del asombro, Encuentro, Madrid 2012, p. 45.

Un renovado entusiasmo por vivir

La creación, obra de Dios, nos enseña a esperar la Vida tras la muerte, sosteniendo nuestra esperanza:

"¿Cuál es el valor de conservar y fortalecer este sentido de sobrecogimiento y de asombro, este reconocer algo más allá de las fronteras de la existencia humana?

Yo estoy segura de que hay algo más profundo, algo que perdura y tiene significado. Aquellos que moran, tanto científicos como profanos, entre las bellezas y misterios de la tierra nunca están solos o hastiados de la vida. Cualquiera que sean las contrariedades o preocupaciones de sus vidas, sus pensamientos pueden encontrar el camino que lleve a la alegría interior y a un renovado entusiasmo por vivir. Aquellos que contemplan las bellezas de la tierra encuentran reservas de fuerza que durarán hasta que la vida termine.

Hay una belleza tan simbólica como real en la migración de las aves, en el flujo y reflujo de la marea, en los repliegues de la yema preparada para la primavera. Hay algo infinitamente reparador en los reiterados estribillos de la naturaleza, la garantía de que el amanecer viene tras la noche, y la primavera tras el invierno".

R. Carson, El sentido del asombro, Encuentro, Madrid 2012, pp. 44-45.