domingo, 13 de octubre de 2013

Sólo en Dios feliz

Hoy el Evangelio nos habla de gratitud. Sólo uno de los diez leprosos curados por Jesús volvió para darle gracias. Sólo él reconoció el don y, sobre todo, al dador. Como Ada Negri (1870-1945), que en este poema expresa su gratitud y su conciencia de la eterna juventud que sólo Dios hace posible:


Mi juventud

"No te he perdido. Te has quedado


en el fondo de mi ser. Eres Tú, pero otra eres:

sin fronda ni flor, sin la risa brillante

que tenías en el tiempo que no vuelve,

sin aquel canto. Otra eres, más bella.

Amas, y no esperas ser amada: ante

cada flor que se abre o fruto que madura,

o párvulo que nace, al Dios de los campos

y de las estirpes das gracias de corazón.

Año tras año, dentro de ti, fuiste cambiando

rostro y sustancia. Cada dolor más firme

te hizo: a cada huella del paso

del tiempo, tu linfa oculta y verde

opusiste, como remedio. Ahora miras la luz

que no engaña; en su espejo contemplas

la vida perdurable. Y permaneces

como una edad sin nombre: humana

entre las humanas miserias, pero viviendo

sólo de Dios y sólo en Dios feliz.
Oh juventud sin tiempo, oh siempre


renovada esperanza, yo te confío

a los que vendrán, para que en la tierra

vuelva a florecer la primavera, y en el cielo

nazcan las estrellas cuando se oculte el sol".


Ada Negri