martes, 2 de diciembre de 2008

Atravesar el umbral

Estar en el umbral. ¿Qué hace falta para traspasar el umbral? Sólo no puedes, hace falta la gracia de un encuentro. Cristo ha venido a este mundo, ha atravesado este umbral para que tú puedas también atravesarlo, pero en dirección opuesta, en dirección al misterio. Así comenta Luigi Giussani, sacerdote italiano fundador de Comunión y Liberación, la contundente frase de Péguy:

«¡Pero vino Jesús! Y no perdió sus años gimiendo e interpelando la maldad de la época. Él zanjó la cuestión. De manera muy sencilla. Haciendo el cristianismo» (Charles Péguy).

"Jesús vino: la fuente de piedad ha venido. La fuente de piedad viene a ti, como la presencia de la madre va a un niño al que mira y abraza. Viene, existe, viene ahora. Puedes no haberla conocido hasta ahora. Ahora está aquí. Jesús vino y, sin demorarse, ¿qué hace? No rechaza a los malditos, no calcula, no juzga, no anticipa el juicio universal. Hace el cristianismo. ¿Qué significa hacer el cristianismo? El cristianismo es el vínculo que Cristo establece contigo. No el que tú estableces con Cristo, sino el que Cristo ha establecido y establece contigo. Puedes no haberlo mirado a la cara hasta ahora. Puedes no mirarlo a la cara durante treinta años más; dentro de treinta años Él establece un vínculo contigo.

«Hacer el cristianismo» significa que Cristo establece un vínculo. Se llama alianza y Dios es fiel a su alianza. El cristianismo es el acontecimiento del vínculo que Cristo ha establecido contigo. Entonces es necesario que tú digas sí a este vínculo. Decir sí al vínculo que Cristo ha establecido contigo es la decisión para la existencia. Si dices sí al vínculo que Cristo ha establecido y establece contigo no te encuentras solo, sino que estás junto a otros, en una comunidad. Porque, como dice Schneider en su bella novela sobre Las Casas, «aquellos que están en el umbral se reconocen mutuamente». Imaginemos un umbral que conduce a una gran casa, una gran morada; en este umbral puede haber dos, dos mil, un millón de personas: aquellos que esperan entrar, los que están en el umbral, se reconocen mutuamente. Por eso, diciendo sí al vínculo que Cristo ha establecido contigo, te encuentras en la comunidad cristiana. «Jesús vino. Zanjó la cuestión. De una manera muy sencilla. Haciendo el cristianismo»".

L. Giussani