lunes, 29 de diciembre de 2008

Se hizo la luz...

Una nueva entrega sobre la Madre Teresa a través de los ojos de Mario Podestá. No os perdáis la primera frase; cada vez me parece más cierta. El periodista relata de nuevo su primer encuentro con la Madre, en ámbito litúrgico, aunque se nota su poca familiaridad con la eucaristía.

"Hay momentos en que todos los lugares del mundo son iguales... sólo depende de quién nos espere en alguno de ellos. Yo sentía que Madre me esperaba en Calcuta. Voy a hablar con ella y traerme su palabra.

Eran poco más de las cinco de la mañana cuando salí del hotel en dirección a la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad... Entré sin llamar. Me quité los zapatos, subí las escaleras y aguardé. Faltaban algunos minutos para las seis de la mañana. Comenzaría la misa diaria. De pronto, un coro de monjas comenzó a entonar, a varias voces, bellísimos cantos religiosos. Todos ellos muy alegres.

Un grupo de personas se había congregado en el primer piso, a la salida de la capilla. A punto de las seis se corrió la cortina que separa la recepción del primer piso y apareció Madre. Frotando enérgicamente sus manos, descalza, y con un cierto apuro. Se hizo la luz...

Sólo se detuvo unos instantes a bendecir a una joven madre y su pequeño recién nacido, y al notar mi presencia me pidió que participara del oficio y luego nos sentaríamos a conversar. Madre eligió para esa mañana la liturgia del Nacimiento... Fue una ceremonia conmovedoramente humilde, en la que Madre, hermanas, hermanos, sacerdotes, voluntarios y visitantes, en comunión de los santos, compartimos el pan y el vino.

¡Si Vd. se queda aquí una semana saldrá en estado de gracia!- me dijo con una amorosa sonrisa, algo cómplice".

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