lunes, 5 de diciembre de 2011

La maravilla cierta del vivir

Concluyo este ciclo con algunos versos del poema Porque nada termina, dedicado a Ramón Gaya, pintor y escritor también murciano. En el elogio al artista de cuya amistad gozó, Eloy Sánchez Rosillo expresa su anhelo de un más allá de la muerte que confirme «sin temores ni asechanzas» «la maravilla cierta del vivir»:

"Es preciso que todo en apariencia acabe
para que al fin comience.
Sólo entonces los hechos
de nuestro acontecer desordenado
adquieren poco a poco
la rara consistencia indestructible
del sueño o la leyenda; sólo entonces podemos
comprender lo vivido, completarlo,
y soñar sin temores ni asechanzas,
interminablemente,
la maravilla cierta del vivir".

Pero, ¿quién puede garantizarnos este más allá anhelado en que se salve lo vivido? Sólo Cristo resucitado, en su misericordia, hace verdaderas las palabras proféticas del poeta:

"Nada de cuanto digo
se extingue con tu muerte.
Tras esa puerta estrecha, oscura y necesaria
que un día atravesaste,
continúa el camino, ya sin riesgo ninguno
de que discurra por lugar baldío
ni de que, como pudo suceder,
nos resultara ajeno su trazado.

Es preciso que todo transcurra y se remanse,
que al parecer concluya para que al fin empiece.
Porque todo está siempre comenzando.
Porque nada termina".

Eloy Sánchez Rosillo, Oír la luz, Tusquets Editores, 2008, pp. 57-61

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