sábado, 9 de junio de 2012

Tiempo para preparar la tierra

A los padres, que con frecuencia se agobian ante las preguntas de los niños -que habitualmente no saben responder- y que quieren evitarles precisamente aquellas aventuras que más les entusiasman, por miedo a que se ensucien o se mojen, Rachel Carson les dice:

"Los padres a menudo tienen un sentimiento de incompetencia cuando se enfrentan por un lado con la impaciente y sensitiva mente de un niño, y por el otro con un mundo físico de naturaleza compleja, una vida tan diversa y nada familiar, que parece imposible reducirlo para ordenarlo y conocerlo (...)

Yo sinceramente creo que para el niño, y para los padres que buscan guiarle, no es ni siquiera la mitad de importante conocer como sentir. Si los hechos son la semilla que más tarde produce el conocimiento y la sabiduría, entonces las emociones y las impresiones de los sentidos son la tierra fértil en la cual la semilla debe crecer. Los años de la infancia son el tiempo para preparar la tierra. Una vez que han surgido las emociones, el sentido de la belleza, el entusiasmo por lo nuevo y lo desconocido, la sensación de simpatía, compasión, admiración o amor, entonces deseamos el conocimiento acerca del objeto de nuestra conmoción. Una vez que lo encuentras, tiene un significado duradero. Es más importante preparar el camino del niño que quiere conocer que darle un montón de datos que no está preparado para asimilar".


R. Carson, El sentido del asombro, Encuentro 2012, pp. 28-29.

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