Sigo leyendo en el librito de Rachel Carson:
"Si yo tuviera influencia sobre el hada madrina, aquella que se supone preside el nacimiento de todos los niños, le pediría que le concediera a cada niño de este mundo el don del sentido del asombro tan indestructible que le durara toda la vida, como un inagotable antídoto contra el aburrimiento y el desencanto de años posteriores, la estéril preocupación de problemas artificiales, el distanciamiento de la fuente de nuestra fuerza".
R. Carson, El sentido del asombro, Encuentro 2012, p. 28.
sábado, 9 de junio de 2012
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