martes, 13 de enero de 2009

Desterrados sublimes

Describe el autor de Nostalgia de Dios la contradicción de su ánimo; no cree en nada, pero no puede dejar de anhelar, de desear un sentido, una patria:

"Todo está permitido. No hay límite, no hay leyes. No existen ni el bien ni el mal. Todo está permitido.

Pero, ¿por qué sollozas, alma mía? ¿Es que anhelas la pureza, la nobleza, las cosas bellas y elevadas? [...]

Y, sin embargo, en lo más profundo de mi alma vibra el sentimiento muy vago, impreciso, de que nada de lo que estoy diciendo es verdad, de que algo existe aparte de nosotros, en este universo que nos aplasta con su pesado silencio -pero, ¿qué?- y que no somos animales, sino desterrados sublimes que han olvidado demasiado su patria".

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 20-21.

2 comentarios:

Tamara Kobiec dijo...

Acabo de conocer su blog, he leído varias notas, y me ha gustado mucho (de hecho, ya lo he agregado a mi listado de páginas favoritas), así que quería felicitarlo, agradecerle por tan hermoso apostolado y decirle que cuenta con mis pobres oraciones.
Si Dios quiere yo también este año continuaré con mi blog (con el anterior o con otro nuevo, aún no lo sé), así que seguramente nos seguiremos "encontrando" de vez en cuando.

Anónimo dijo...

Tenias razón, estos textos son maravillosos, espero seguir leyendo mas, me has picado, me compraré el libro.
Ruth