viernes, 16 de enero de 2009

El misterio del alma humana

En un mundo sin certezas la compañía cierta de la persona amada y los objetos familiares son signos amistosos, pero insuficientes. Sigue intacto el misterio del alma humana:

"Las horas mejores, las más hermosas del día son las que pasamos juntos, Cristina y yo, a la noche, en nuestro cuarto, bajo la luz dorada de la lámpara. Los objetos nos rodean como amigos fieles que nos miran benévolos y en silencio. El viejo reloj golpea ese silencio con su tic-tac acompasado. Esta noche hemos continuado la lectura de Los hermanos Karamazov. Ya conocía yo ese hermoso libro, y Dostoievski vuelve a transportarme. ¡Con cuánto vigor sentimos en este escritor el misterio del alma humana, la desolación de la vida, la desesperante búsqueda de una liberación!"

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 23.

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