viernes, 6 de febrero de 2009

Una burla aterradora

Sigue la cita. Confieso que hasta ahora no he encontrado ninguna expresión más impresionante del vértigo, del terror que provoca pensar que todo podría acabar en la nada:

"¿No es realmente enloquecedora la soledad del hombre, único ser pensante en medio de los mundos? Según una hipótesis aceptable la Tierra, este viejo planeta, después de algunos millares o millones de años, se volverá inhabitable y acabará por perecer. Y será como si jamás hubiera existido la humanidad. Todo se precipitará por siempre en la nada del olvido absoluto. Nada habrá que guarde la memoria de lo que realizaron y sufrieron esas extrañas criaturas que un día soñaban en la tierra, y que se llamaban hombres. Las sinfonías de Beethoven, la Biblia, las guerras, los más sublimes sueños de los santos, Napoleón, Dante, la desesperación, el amor, la sucesión de los imperios del mundo, Cristo, todo fue perfecta y absolutamente vano, y ese drama gigantesco que durara tantos siglos y del que no quedará un solo testigo, lo mismo podría no haber tenido lugar. ¿No es una burla aterradora? ¿No es como para dar alaridos de angustia o para refugiarse en la muerte?"

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 34-35.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, es verdad, sería aterradora nuestra vida si todo acabara en la nada, entonces..., para que vivir? En cambio yo puedo afirmar que mi vida no va a acabar así, mi vida es infinita, porque descubro que es Otro el que la hace, esto me evita el vertigo de la nada. Es la certeza en el presente de una Presencia real la que me hace tener certeza del futuro. Esto es lo único que hace vivir la vida con pasión.

Ruth