lunes, 9 de febrero de 2009

El misterio del dolor

Con la cita anterior, tan honda y verdadera, no pretendo buscar el lado "estético" de la dramática, y a veces trágica, experiencia del dolor. Estoy de acuerdo con el sacerdote y periodista católico Martín Descalzo cuando afirmaba, desde su enfermedad:

"No hace muchos años publicaba Laín Entralgo un pequeño librito con un magnífico título: Misterium doloris -El misterio del dolor-, y con sólo esas dos palabras centraba ya el tema que nos reúne hoy aquí: el dolor es un misterio y hay que acercarse a él como uno se acerca a la zarza ardiente, con los pies descalzos, con respeto y pudor.

Nada realmente más grave que acercarse al dolor con sentimentalismos y no digamos con frivolidad. No vamos a resolver un problema, a hacer un juego literario, no tratamos de elaborar unas bonitas teorías que creen aclarar lo que es, por su propia naturaleza, inaclarable. Al dolor hay que acercarse como nos acercaríamos al misterio de las dos naturalezas en Cristo o a los misterios de la vida y de la muerte: de puntillas y sabiendo que, después de muchas palabras, el misterio seguirá estando ahí hasta que el mundo acabe. Tendremos que acercarnos con delicadeza, como se acerca un cirujano a una herida, y también con realismo, sin aceptar que unas bellas consideraciones poéticas nos impidan ver su tremenda realidad".

José Luis Martín Descalzo, "Reflexiones de un enfermo en torno al dolor y la enfermedad", en Los enfermos terminales. La unción de enfermos, Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona 2001, p. 57.

No hay comentarios: