domingo, 4 de enero de 2009

Un pecado de omisión

Existe una responsabilidad de los católicos -al menos de algunas generaciones- en esta crisis de la inteligencia, de la que hablaba Daniélou:

"Los creyentes han llegado a creer que les basta presentar una faz más complaciente para probar la existencia de Dios y desprecian de buena gana toda reflexión filosófica. Los cristianos han menospreciado demasiado la inteligencia. Con demasiada frecuencia han dejado la cultura en manos de los incrédulos. Indudablemente es éste uno de los grandes errores del cristianismo contemporáneo. El resultado es que espíritus más exigentes no encuentran respuestas a sus interrogantes".

J. Duquesne, citado por Jean Daniélou, El dedo en la llaga, Mensajero 1970, p. 83.

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