domingo, 4 de enero de 2009

Aceptar el desafío

Crisis, crisis... Es la palabra de moda, tristemente. Crisis financiera, económica, laboral... pero sobre todo crisis de un sistema que ha perdido el contacto con la realidad social, que sólo sabe de progresiones geométricas de ganancias, que no es capaz de mirar el bien común. Lo señala el Papa en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. Volveré sobre esto, pero hoy quiero citar un texto del cardenal Daniélou que me parece una bocanada de aire fresco en la enrarecida "casa común" del pensamiento actual. La crisis puede ser vivida como un desafío. Pero, ¿seremos capaces de responder a él?:

"Hoy se habla mucho de crisis de civilización. Pero hablar de crisis no es necesariamente hablar de decadencia o de derrumbamiento. Hablar de crisis quiere decir que este mundo en el que vivimos, este mundo en el que nos encontramos fundamentalmente a gusto -me gusta mi tiempo y no me lamento gran cosa de vivir en él-, nos plantea cierto número de interrogantes y nos lanza cierto número de desafíos, lo cual me parece absolutamente saludable [...] El hecho de estar, en este sentido, dentro de una situación de desafío, es perfectamente normal.

Ante un desafío, no se trata de impugnar la legitimidad de las cuestiones que se plantean. Se trata de responder a ellas. Lo propio del desafío es que exige ser aceptado. El drama actual pudiera consistir en que el desafío -perfectamente normal- que se nos lanza, nos encuentre incapaces de responder a él [...]"

Jean Daniélou, El dedo en la llaga, Mensajero 1970, p. 19 ss.

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