jueves, 22 de enero de 2009

Dios, el espacio de mi libertad

Cita Clément a Cabasilas, escritor bizantino del siglo XIV:

"Y por eso, El no se contenta con llamar a sí al esclavo que ha amado, sino que desciende en su busca; él, el rico, se inclina hacia nuestra indigencia, se presenta en persona, declara su amor y pide que se le pague; despreciado, espera en la puerta y hace todo para mostrarse verdadero amante; soporta los contratiempos y muere..." (Nicolás Cabasilas, La vida en Cristo, VI).

Y comenta Clément:

"El amor de Dios es, así, el espacio de mi libertad. Si Dios no existe, yo no soy más que una parcela de la sociedad y del universo, sometida a sus determinismos y, en definitiva, a la muerte. Pero si Dios es el Amor crucificado, se me ofrece una libertad sin límites, una participación en la libertad misma de Dios".

Olivier Clément, Sobre el hombre, Encuentro 1983, p. 54-55.

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