domingo, 7 de diciembre de 2008

Sólo hay una santidad y viene de Jesús...

Acabo de regresar de la Vigilia de Inmaculada. "Tota pulchra es, Maria, et macula originalis non est in te". "Eres toda hermosa, María, y no hay en ti mancha original". La Iglesia canta la belleza de María, la llena de gracia. La Iglesia canta la santidad de María. Y con ello canta al autor de toda belleza, pues la belleza de los santos no es sino el resplandor en las criaturas de la belleza increada (como dirían los orientales). Aunque también en Occidente sabemos decir estas cosas:

"Sólo existe una santidad.
Son los mismos santos.
No hay más que una santidad,
que viene de Jesús.
Que es la misma santidad de Jesús.
Eternamente revertida. [...]

Todos los santos
han llevado siempre en los pliegues
de todos sus mantos la gloria de Dios. [...]

Toda santidad viene de Dios,
toda santidad procede de Dios.
Sólo hay una santidad y viene
de Jesucristo...

Todas las santidades del mundo
no son más que reflejos de la santidad
de Jesús".

Charles Pèguy

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