Es cierto, tocar el piano -como decía el maestro Rodrigo-, oír buena música, o cualquier otro contacto con la belleza nos hace rezar, al menos en la forma elemental del deseo:
"En la música, en el panorama de la naturaleza, en el sueño nocturno, el hombre rinde homenaje a otra cosa, otra cosa de la que espera todo: lo espera. Su entusiasmo se produce por algo que la música, o todo lo hermoso que existe en el mundo, ha despertado dentro de sí. Cuando el hombre lo pre-siente, de inmediato inclina su alma a la espera de esa otra cosa; entiende lo que puede, pero espera otra cosa".
Luigi Giussani, Texto programático de la colección de música "Spirto Gentil".
jueves, 11 de diciembre de 2008
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