sábado, 17 de diciembre de 2011

A la zaga de Dios

Leyendo la anterior entrada podríamos pensar que el poeta exagera, que ha dejado de lado algunos aspectos cantados por la poesía que no tienen nada que ver con Dios. Pero sigamos escuchándole:

"No nos engañemos, no creamos que hay desvíos. No hay que pensar en fray Luis, ni en San Juan de la Cruz, ni en Hopkins, ni en Péguy, ni en Rilke. A través de la belleza de la mujer va a Dios -triste y grande, como un día de verano- el luminoso Renacimiento. Y a Dios busca en la complicación, en la maravilla o en la perfección nunca saciada el complicado barroquismo. Y el romántico, sombrío o exótico, entre imprecaciones o entre risas, con el alma torturada, a la zaga de Dios va también. Pero, ¿a quién, sino a Él, buscaba, tan ciego, tan turbio, el superrealismo contemporáneo, al bucear otra vez en los subterráneos de nuestra personalidad".

Dámaso Alonso, En busca de Dios, 1945.

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