lunes, 6 de junio de 2011

En torno a la Ascensión: "Vino y se fue..."

Ayer celebrábamos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Es ésta una de las grandes fiestas del calendario cristiano, pero es necesario entender bien su significado, pues de ello depende la comprensión de la vida y la experiencia cristianas. Un poema de León Felipe lo pone de manifiesto:

"Aquí vino…
y se fue.
Vino, nos marcó nuestra tarea
y se fue.

Tal vez detrás de aquella nube
hay alguien que trabaja
lo mismo que nosotros,
y tal vez
las estrellas
no son más que ventanas encendidas
de una fábrica
donde Dios tiene que repartir
una labor también.

Aquí vino
y se fue.

Vino, lleno nuestra caja de caudales
con millones de siglos y de siglos.
nos dejó unas herramientas…
y se fue.

Él, que lo sabe todo,
sabe que estando solos
sin Dioses que nos miren
trabajamos mejor.

Detrás de ti no hay nadie. Nadie,
ni un maestro, ni un amo, ni un patrón.

Pero tuyo es el tiempo. El tiempo y esa gubia
con que Dios comenzó la creación".

León Felipe


El poema presenta un "cristianismo sin Cristo", un cristianismo de ausencia de Dios. "Tal vez", dice el poeta, "detrás de aquella nube hay alguien"... Pero luego añade: "Detrás de ti no hay nadie..." pues "Él sabe que estando solos sin Dioses que nos miren trabajamos mejor". Desde luego no es ésta la experiencia de los discípulos ni antes ni después de la Ascensión. El cristianismo es la experiencia de la Presencia de Dios con nosotros, de la Compañía de Cristo.

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