jueves, 12 de marzo de 2009

En el profundo silencio...

Intuye el autor que la naturaleza es signo, ocasión de encuentro verdadero con uno mismo y con Dios, pero no hay que hacerse ilusiones: muchos no llegan, ni ante los más bellos paisajes o los espacios más silenciosamente vírgenes, al reconocimiento del Misterio. Hace falta una educación. El silencio sana cuando es la condición para oír lo esencial, cuando es el umbral del Misterio:

"No estoy seguro, pero creo que desaparecería este tormento de mi inquietud si me fuera posible vivir aquí, o en alguna otra parte, envuelto siempre en el profundo silencio que reina en el campo, como en una iglesia".

P. van der Meer, Nostalgia de Dios, Desclée de Brouwer, 1948, p. 43.

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