Unidad y desunión. Las palabras de Cipriano, obispo de Cartago en el siglo III:
"Dios no acepta el sacrificio de los que provocan la desunión, los despide del altar para que antes se reconcilien con sus hermanos. Dios quiere ser pacificado con oraciones de paz.
La obligación más bella para con Dios es nuestra paz, nuestra concordia, la unidad en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de todo el pueblo fiel".
San Cipriano.
viernes, 23 de enero de 2009
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